martes, 15 de enero de 2013

Charla de Formación de Padres. Bachillerato



“PORQUE TE QUIERO, TE DIGO NO”


Las normas siguen siendo necesarias, a pesar de que muchas sean arbitrarias. Los jóvenes exentos de todo tipo de norma u horario no se sienten más libres, sino más solos.

Sucede que a veces, los hijos quieren ir demasiado deprisa y los padres van demasiado lentos. Es necesario darse cuenta de los cambios en la vida del adolescente y en su grado de madurez personal para adaptarse a ello, ejercer de padres desde un rol más flexible y adulto, pero sin dejar la función paterna.

Sigue siendo necesario pronunciarse. Expresar la opinión que nos merece algo que plantean los chicos. Es preciso tomar postura y responder. Renunciar al rol de amigos de los hijos, ya es bastante difícil ejercer de padres y sostener esta posición.
Hay que tener en cuenta que dentro del papel del adolescente está (y debe ser así) la oposición a cualquier tipo de norma o imposición.

Formas de rebelarse de los jóvenes:

  • Pedir y pedir, a ver si por agotamiento, los padres ceden
  • Polemizar, discutir, cuestionar y reclamar sus derechos
  • A través de los actos, de los hechos consumados.
  • Falsa sumisión. No plantear ningún problema de forma explícita, cumplir las normas de forma superficial, pero no avanzar en su responsabilidad como jóvenes.
Las dos primeras pueden ser más pesadas, pero menos peligrosas.
 

Actitudes paternas que obstaculizan el dialogo y el cumplimiento de normas


  1. Cerrazón o postura autoritaria.
Cuando no se deja margen, las posturas que se generan son muy extremas: o de rebeldía total o de sumisión. Y no olvidemos la enorme carga de agresividad que se puede encerrar en el silencio y la pasividad.

  1. Creencia de que ya no es necesario pronunciarse porque ya son mayores.
Los procesos de desarrollo no son lineales, ni siempre hacia arriba. Creer que los hijos no necesitan a sus padres es algo ingenuo, o algo cómodo. Unos padres que se inhiben de su función están dejando un vacío en su hijo.

  1. Pretensión de ser amigo de los hijos.
Los padres deben tener la función de contener las ansiedades de sus hijos. Y esto no puede hacerse si adoptan una posición de iguales. A veces, son los propios conflictos de los padres los que salen a relucir en esta actitud.


Actitudes favorecedoras al diálogo y el cumplimiento de normas.

  1. Abordar los temas conflictivos.
A veces, bajo el tema de los horarios late el verdadero tema de discusión, sin que se explicite. Atreverse a hacerlo es muy importante, porque lo que se habla, puede solucionarse.
Es necesario escuchar lo que el mismo joven manifiesta, tener sentido de la oportunidad, advertir de los riesgos reales, no de nuestros miedos. Advertir de los peligros, pero sin menospreciar la capacidad del joven de  llegar a esta conclusión, estimular su propia capacidad de cuidarse.

  1. No pensar que porque se haya hablado una vez, el tema está resuelto. Todos somos presa de la inercia y de la tendencia a la repetición.
 
  1. Que los temas difíciles no sean los únicos que se hablen
Yolanda Redondo
Psicóloga y Orientadora
 
Lectura recomendada:
Xavier Ametller: “Emprender el propio camino (15-18 años)” Proyecto Editorial Crecer juntos. Editorial Síntesis